Declaración de los Obispos Católicos Romanos del estado de Michigan sobre la Legislación de Inmigración

Nosotros, los obispos católicos romanos del estado de Michigan, deseamos agregar nuestras voces al actual debate público respecto a los derechos y responsabilidades de los inmigrantes; particularmente, aquellos de ascendencia hispana. Como pastores que comprendemos las necesidades de nuestro pueblo, hablamos en comunión con todos los obispos de esta nación. También edificamos sobre las largas tradiciones de justicia social de la iglesia. Una tradición que enseña la dignidad de toda persona, y nuestra responsabilidad de trabajar contra cualquier injusticia que podría comprometer la dignidad de inmigrantes, especialmente a los trabajadores y sus familias.

Por la justicia hacia los obreros inmigrantes, proponemos que las leyes de nuestra nación cumplan con los siguientes principios:

  1. Las leyes de inmigración en los Estados Unidos deben permitir la reunificación de familias lo más pronto posible. El sistema actual de inmigración impone una carga insoportable sobre las familias de los inmigrantes. Cónyuges e hijos menores de edad de los residentes permanentes trabajando en los Estados Unidos, tienen que esperar hasta ocho años para poder obtener la visa necesaria a fin de reunirse con su misma sangre. La ley misma, coloca al trabajador ‘entre la espada y la pared.’ El que quiere trabajar para sostener a su familia se siente forzado a escoger entre dos caminos: emigrar a los Estados Unidos sin documentos y por tanto, sin la protección de sus derechos ó trabajar dentro de las leyes del sistema actual a costa de una separación indefinida de su familia.
  2. Las leyes de inmigración en los Estados Unidos deben abrir un camino para legalizar los casos de indocumentados que actualmente viven y trabajan en los Estados Unidos. La economía en los Estados Unidos goza de beneficios contribuidos por el trabajo de los inmigrantes, pero no dan reconocimiento a la dignidad del obrero ni a las buenas intenciones del mismo. Las leyes no deben imponer cargas intolerables a los trabajadores—como sanciones monetarias y separaciones de familias.
  3. Las leyes de inmigración en los Estados Unidos deben crear un sistema eficiente para la entrada en el futuro de trabajadores temporales así como la de residentes legales permanentes. La justicia requiere que los obreros inmigrantes tengan los mismos beneficios, salarios y protecciones laborales como los trabajadores estadounidenses. La reforma de inmigración debe facilitar la unidad de las familias y permitir a los obreros, la posibilidad de un movimiento seguro de los Estados Unidos a su país natal.

Invitamos a todos—sean ó no sean Católicos—a tomar una parte activa en la promoción de una reforma justa y realista del sistema de inmigración en los Estados Unidos. Debemos manifestar a nuestros representantes en el Congreso Estadounidense, la urgencia de este problema, con la esperanza del pueblo que vayamos a poder alcanzar—este año—un acuerdo político.

El 1º de Mayo celebramos la fiesta de San José Obrero. Reconocemos a San José como el esposo de María - la Virgen Madre de Dios, y el guardián del niño Jesús, y un humilde carpintero trabajador. El Evangelio de Mateo nos recuerda lo siguiente, la Santa Familia conoció por si misma la experiencia del pueblo inmigrante. Ellos también nos dieron como ejemplo la dignidad de la labor del obrero y la santidad de la familia. Al celebrar esta fiesta y muchos se reunirán alrededor del mundo para afirmar la dignidad y los derechos del trabajador; de una

manera especial uniremos nuestras voces con aquellas de los trabajadores inmigrantes hispanos. Le damos gracias a Dios por su presencia y por sus dones, y prometemos trabajar juntos con toda la gente de buena voluntad por el reconocimiento de sus derechos civiles.